¿Cómo ha evolucionado el sector del aceite de oliva en Italia en los últimos años y cuáles son los principales retos a los que se enfrenta en la actualidad?
El sector ha adoptado una nueva forma de producir, que no sólo es sostenible desde el punto de vista medioambiental, sino también económico y social. La crisis climática y las tensiones geopolíticas son los principales problemas que han acelerado el cambio en el sector. Dar valor al aceite de oliva significa remunerar toda la cadena de suministro y relanzar el sector. Debemos hacerlo todos juntos, implicando a los operadores, desde el campo hasta el supermercado. Necesitamos una nueva visión del sector, centrada en la innovación y la eficiencia de todos los procesos.
En las últimas décadas ha aumentado la pericia de las empresas italianas para promocionar el aceite de oliva como embajador de nuestro Made in Italy, invirtiendo en proyectos de difusión de la cultura alimentaria italiana -por ejemplo, escuelas de cocina- y construyendo así a lo largo de las décadas la reputación de que goza hoy este producto en el extranjero.
Nuestro déficit de producción fue el detonante que empujó a las empresas a crear el «blending», la habilidad totalmente italiana de combinar aceites de distintos lugares, mezclándolos en un ramillete de aromas y sabores apreciados por los consumidores, en paralelo a otros segmentos alimentarios como el café o, fuera de la alimentación, en la moda. El mismo detonante que nos empujó a buscar el aceite de oliva más allá de la frontera, nos llevó después a salir al extranjero para ofrecer nuestros aceites. Ahora, la crisis climática obliga a recurrir a la ciencia y la innovación, para implementar la producción y luchar contra el cambio climático. ¿Lo conseguiremos? Creemos que sí. Pero es necesario el compromiso de la cadena de suministro y de las instituciones.
¿Cuáles son las iniciativas más importantes que está llevando a cabo Assitol para fortalecer el sector?
Los aspectos saludables del aceite de oliva son aún poco conocidos por el público extranjero, especialmente por los consumidores jóvenes, y es por este lado por el que necesitamos iniciar una fuerte actividad promocional, con el apoyo de expertos y organizaciones como el Consejo Oleícola Internacional. El aceite de oliva es mucho más que un simple aliño, y desde luego no es una grasa como las demás. Es un auténtico exprimidor de la salud y debe ser comunicado y percibido como tal, marcando su diferencia con otras grasas y condimentos.
La investigación científica ha dado fe de sus beneficios nutricionales y para la salud, que lo convierten en un alimento único en su género. Gracias también a su aportación, la Dieta Mediterránea está considerada la dieta más sana y sostenible del mundo. Hay todo tipo de razones para afirmar el gran valor de este alimento. En los años sesenta, se adoptó una pauta similar en Estados Unidos, con el apoyo de la asociación de cardiólogos. En nuestra opinión, es necesario retomar esta idea y planificar una verdadera campaña de sensibilización y difusión, centrada en los beneficios nutricionales del virgen extra.
¿Cómo ha evolucionado la percepción del aceite de oliva por parte del consumidor en Italia y en el mundo, y está cambiando la demanda hacia un aceite de oliva más saludable?
La atención a la salud es uno de los principales motores del consumo en estos días, por lo que es natural que el mercado se oriente hacia todos aquellos alimentos que satisfagan esta necesidad. Además, el aceite de oliva puede definirse acertadamente como «de origen vegetal» y, por tanto, entra dentro de una tendencia cada vez más apreciada por los consumidores. El virgen extra es también el marcador más importante de la dieta mediterránea, la más sana y sostenible según las investigaciones científicas. Aquí también es muy importante el elemento verde, otro factor de crecimiento del consumo en el sector agroalimentario.
En cuanto a los jóvenes, ¿cómo está implicando Assitol a las nuevas generaciones en la cultura del aceite de oliva?
Invertir en el futuro es esencial. En nuestra opinión, es esencial potenciar los aspectos del sabor y la sostenibilidad entre los consumidores más jóvenes. Hay cientos de aceites de oliva para elegir que permiten vivir una experiencia sensorial única, adaptada a sus preferencias. No hay que olvidar que hoy en día, entre los jóvenes, la sostenibilidad tiene un peso más significativo que entre los adultos. ASSITOL considera muy importante construir un proyecto educativo para las escuelas, enfocado a los futuros consumidores, con ayuda institucional. Seguimos promocionando el Pane&Olio, snack italiano a base de pan fresco y aceite de oliva virgen extra, que es una herramienta muy útil para difundir nuestra cultura alimentaria.
Italia es conocida por su aceite de oliva de alta calidad, pero ¿cómo puede competir con la producción masiva de aceite de oliva en otros países?
Incluso en pintura, hacer un cuadro bonito con muchos colores es sin duda más apreciado que un cuadro en blanco y negro. Lo mismo puede decirse de una botella de aceite de oliva: es mejor que contenga muchas variedades de olivo que sólo una o dos. Italia cuenta con más de 500 variedades de olivo, lo que permite a nuestras empresas crear, mediante mezclas, aromas y sabores con los que otros países productores ni siquiera sueñan.
Por supuesto, la calidad sin cantidad no nos llevará muy lejos.
ASSITOL ha propuesto a toda la cadena de suministro debatir y compartir estrategias y acciones, con el objetivo de relanzar el sector a partir de la producción. No podemos llegar a ser autosuficientes, pero sin duda podemos implementar cantidades, manteniendo en equilibrio los costes de producción y la rentabilidad de los operadores. Para ello, sin embargo, es necesario modernizar nuestra olivicultura, haciéndola más fuerte y productiva. También esperamos que nuestros olivicultores opten por seguir el camino de la agregación y el consorcio, que son esenciales para anular la fragmentación de los olivares italianos, que son demasiado pequeños -sólo 1 hectárea de media- para ser realmente rentables. En las mejores campañas, nuestra producción nacional de aceitunas cubre sólo el 30% de nuestras necesidades, internas y externas, lo que equivale a 1 millón de toneladas de aceite de oliva. Seguir así significa querer perder la apuesta por la competitividad. ASSITOL considera urgente invertir la perspectiva. Apostar por las buenas prácticas agrícolas, por la tecnología, por la lucha contra la crisis climática con nuevas tecnologías, llevará a modernizar las plantas, a aumentar los rendimientos, a remunerar la olivicultura. Por desgracia, la desconfianza hacia el cambio, en Italia, sigue siendo fuerte, y corremos el riesgo de pagar un alto precio por ello.
Por último, ¿cuál es el mensaje que le gustaría transmitir tanto a los productores como a los consumidores de aceite de oliva en este momento crucial para el sector?
El aceite de oliva es un alimento extraordinario, con unas cualidades nutricionales y sensoriales inigualables. Por eso hay que proteger y difundir su valor, empezando por el campo y llegando a quienes lo consumen. Según datos de la UE, en los últimos 5 años la producción de aceite de oliva ha disminuido gradualmente en toda Europa. Tras las difíciles campañas pasadas, no será tan automático volver a ver esas promociones a bajo precio que han dañado enormemente la imagen de este alimento. Nuestra esperanza es que la era del aceite de oliva «commodity» haya terminado. ASSITOL, que siempre ha luchado contra los precios por debajo del coste, lleva años repitiendo que el aceite de oliva es un exprimido de aceitunas, no un detergente, y que por tanto es inaceptable tratarlo como un producto señuelo, para atraer clientes a los supermercados mediante descuentos en los precios. Su capacidad para proporcionar bienestar es única, su sabor no tiene parangón. Por tanto, ha llegado el momento de transmitir al consumidor el mensaje de que el virgen extra tiene un valor muy específico, por lo que debe pagarse adecuadamente, como ya ocurre con el vino.