Antonio Escribano. UCAM

La relación entre el aceite de oliva y la salud es una realidad y ha sido evidenciada a raíz de numerosos estudios científicos en los últimos años.

Se ha demostrado que el aceite de oliva es beneficioso para la salud cardiovascular, la prevención del cáncer, la regulación de los niveles de glucosa en la sangre, la reducción del riesgo de enfermedades neurodegenerativas, etc. Además, el aceite de oliva también puede tener beneficios para los deportistas, ayudando en la recuperación muscular y el rendimiento físico.

El aceite de oliva es una fuente importante de ácidos grasos monoinsaturados, los cuales se han demostrado que tienen efectos beneficiosos para la salud del corazón. El aceite de oliva virgen extra, especialmente cuando forma parte de una dieta mediterránea, se ha asociado con una reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares. Estos ácidos grasos monoinsaturados ayudan a reducir el colesterol LDL (colesterol "malo") y a aumentar el colesterol HDL (colesterol "bueno"), lo que promueve la salud cardiovascular en muchos de sus apartados.

El aceite de oliva ayuda a regular los niveles de azúcar en la sangre y mejorar la sensibilidad a la insulina, lo que es importante para prevenir la diabetes tipo 2 y controlar la glucemia en personas que ya tienen la enfermedad. Contiene compuestos fenólicos y antioxidantes que tienen potentes propiedades antiinflamatorias. Estos compuestos pueden ayudar a reducir los procesos inflamatorios en general, lo que puede ser beneficioso para prevenir enfermedades crónicas y mejorar la salud en general a través de multitud de procesos que se inician con stress oxidativo y procesos inflamatorios. Esta presencia de polifenoles y su capacidad antioxidante puede ayudar a reducir la inflamación y prevenir el cáncer. Algunos estudios sugieren que el consumo regular de aceite de oliva virgen extra puede estar asociado con un menor riesgo de ciertos tipos de cáncer, incluyendo el cáncer de mama, el cáncer de colon y el cáncer de próstata. Los antioxidantes y compuestos fenólicos presentes en el aceite de oliva pueden tener propiedades anticancerígenas.

 Se ha demostrado que el consumo regular de aceite de oliva está asociado con un menor riesgo de deterioro cognitivo y enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer y el Parkinson. Los antioxidantes presentes en el aceite de oliva pueden proteger las células cerebrales del daño oxidativo y promover la actividad cerebral y la optimización de los diferentes procesos intrínsecos de la actividad cerebral, por lo que el aceite de oliva también es beneficioso para la salud del cerebro y del sistema nervioso central. Un estudio publicado en la revista Annals of Neurology en 2015 encontró que el consumo de aceite de oliva se asoció con una reducción del riesgo de enfermedad de Alzheimer.

El aceite de oliva virgen extra mejora la salud digestiva al optimizar la función intestinal, reducir la inflamación en el tracto gastrointestinal y proteger contra enfermedades como la enfermedad inflamatoria intestinal y el síndrome del intestino irritable.

El aceite de oliva también puede tener beneficios para los deportistas y en rendimiento físico en general. El aceite de oliva es rico en ácido oleico, un ácido graso monoinsaturado que se ha demostrado que ayuda en la recuperación muscular después del ejercicio. Un estudio publicado en la revista Nutrients en 2019 encontró que la suplementación con aceite de oliva durante 12 semanas mejoró la recuperación muscular.

Para obtener los beneficios del aceite de oliva para la salud y el deporte, es importante incorporarlo en la dieta de manera adecuada. Se recomienda consumir aceite de oliva virgen extra, que es la variedad de mayor calidad y contiene una mayor cantidad de polifenoles y antioxidantes. El aceite de oliva se puede usar en la preparación de comidas, como aderezo para ensaladas o incluso como un sustituto saludable de otros aceites en la cocina. También se puede consumir como parte de una dieta mediterránea, que se caracteriza por un alto consumo de frutas, verduras, granos enteros, pescado y aceite de oliva.

En resumen, el aceite de oliva es un componente clave de la dieta mediterránea y ofrece una amplia gama de beneficios para la salud, incluyendo la protección cardiovascular, propiedades antiinflamatorias, beneficios para el cerebro, control del azúcar en la sangre, propiedades anticancerígenas y beneficios para la salud digestiva. Incorporar el aceite de oliva virgen extra en tu dieta puede ser una forma deliciosa y saludable de mejorar tu bienestar general.

En conclusión, la relación entre el aceite de oliva y la salud y el deporte es amplia y compleja. El aceite de oliva es una fuente importante de ácidos grasos monoinsaturados y polifenoles, los cuales, como ya hemos vistos, tienen efectos beneficiosos, entre otros, para la salud del corazón, la prevención del cáncer, la regulación del azúcar en la sangre y la reducción del riesgo de enfermedades neurodegenerativas. Además, el aceite de oliva también puede tener beneficios para los deportistas, ayudando en la recuperación muscular y el rendimiento físico.